Terapia de pareja

En los últimos años el número de divorcios ha aumentado en más de un cincuenta por ciento según datos del Consejo General del Poder Judicial. Unos ocho millones y medio de divorcios, y la existencia en algunos países de eventos tales como “Feria del divorcio” ponen de manifiesto que corren tiempos difíciles para la pareja. La mayor parte de los problemas que se consultan en sexología, psicología y psiquiatría tienen que ver con la pareja: problemas sexuales, conflictos de la convivencia, trastornos generados por el déficit de habilidades para conseguir pareja, soledad subsiguiente a una ruptura, celos y un gran etc. Son incontables las situaciones que generan malestar donde la relación pareja-sexo tiene algo que ver.


En sentido contrario, la pareja es fuente de placer, bienestar, seguridad, pasión, intimidad, un manantial de erotismo y otras aportaciones que la convierten en objetivo vital para la mayoría de las personas. De hecho, en nuestra cultura, quien no tiene interés en formalizar una relación de pareja es considerado un ser extraño que debe sufrir algún tipo de anomalía psicológica.


Es seguro que nunca en la historia de la humanidad la relación de pareja ha ocasionado tantos conflictos emocionales, porque hasta la llegada del siglo veinte, las parejas no eran elegidas por amor. Eran otros los factores que determinaban la selección: dote, parentesco, cuestiones políticas, etc.

Así, cuando se mide la calidad de vida de la pareja, parece ser que las formadas por indios y japoneses residentes en Estados Unidos presenta los mejores índices; obviamente, se está haciendo referencia a parejas concertadas por los padres que, sin estar obnubilados por el amor, ponen todo su interés en procurar características similares en cuanto a formación, economía e incluso belleza, lo cual hace más difícil los desencuentros; sobre todo, quienes integran la nueva pareja no tienen unas expectativas desmedidas acerca de su futuro.