Cuando cualquier persona solicita ayuda en una consulta de psicología o sexología casi siempre presenta un conflicto de pareja. Especialmente en caso de deseo sexual hipoactivo (falta de deseo), la primera causa a evaluar son las desavenencias, problemas de comunicación y otras variables relacionadas con la vida cotidiana de quienes comparten el mismo techo. Es difícil mantener el deseo activo cuando la pareja (inductor externo del deseo) no cumple nuestras expectativas. Al mismo tiempo resulta difícil cubrir esas expectativas cuando la pareja, en su conjunto, sólo comparte los problemas de la vida cotidiana sin apenas ocasiones de disfrute. Por eso en terapia sexual una de las tareas imprescindibles para mejorar la relación consiste en generar nuevas actividades de ocio que permitan a ambos miembros compartir situaciones y sentir alguna sensación agradable de forma conjunta.
Si al llegar a casa después de la jornada laboral el listado de problemas suma y sigue, el deseo brillará por su ausencia. Pero si después de las carga laborales cotidianas se disfruta de algo placentero en pareja, que a ser posible movilice las emociones positivas, el camino del deseo estará facilitado. De ahí la importancia de compartir en pareja una buena película, un baile o una obra de teatro.
Hablando de teatro, ayer se representó en la Escuela Superior de Arte Dramático una excelente obra “Las flores de Victoria Kent”, dirigida de forma brillante por Luigi Ruiz, una reflexión divertida al mismo tiempo que profunda sobre el estado actual de la pareja, basada en un texto inteligente que conjuga a la perfección la música y el baile de forma difícilmente superable. Quienes tengan la oportunidad de ver la representación entenderán como el arte y el ocio son buenos inductores del deseo y una excelente terapia para los conflictos de pareja.
Teatro, pareja y deseo
Luigi victoria kent
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