La dependencia emocional, a nivel neurológico, es lo mismo que la dependencia a la cocaína o a cualquier otra sustancia. En esta sociedad donde el amor se ha convertido en el icono por excelencia de la felicidad, cada vez son más las parejas que hipertrofian el vínculo afectivo y caen en esta adicción que se caracteriza por: baja autoestima, temor a la soledad, comportamientos vinculatorios excesivos, idealización de la pareja y una fuerte sumisión en las relaciones de pareja que, a veces, se convierte en una forma de maltrato.
Concretamente, en España se declara dependiente emocional el 49,3% de la población, sería una dependencia emocional moderada, pero con criterios de dependencia grave estaría el 8,6% de las personas. Se puede pensar que depender de tu pareja, a la que quieres mucho, pues no tiene por qué ser un problema grave, pero lo cierto es que la probabilidad de aparición de un trastorno depresivo mayor se ha establecido entre 10 a 25 veces más frecuente, con un mayor número de suicidios.
La dependencia está totalmente relacionada con los celos, el fantasma de la infidelidad da pie a ese pensamiento paranoide que conforma el denominado delirio celotípico, considerado uno de los trastornos más difíciles de tratar en consulta.
En definitiva, este es el tema del que hablará Francisco Cabello Santamaría, director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología (IASP) organizado por la Sociedad Uruguaya de Sexología.