Dependencia emocional
Cada vez son mejor conocidas las dependencias, con y sin sustancias (drogas, juego, trabajo, comida, Internet, etc.), siendo de relevante importancia las calificadas como dependencias sentimentales. La excesiva confianza emocional hacia otra persona, la falta de confianza en sí mismo y la falta de autonomía han sido analizadas por diferentes
investigadores con el nombre de dependencia emocional , que ha sido definida como un patrón crónico de demandas afectivas insatisfechas que llevan a la persona a buscar desesperadamente satisfacerlas mediante relaciones interpersonales estrechas.
Se caracteriza por una exageración patológica de aquellos comportamientos y actitudes que se presentan en el contexto de las relaciones de pareja, y donde la persona busca, de manera desesperada, colmar una serie de demandas afectivas insatisfechas, mediante el establecimiento de vínculos estrechos y desequilibrados. La vida sólo se concibe dentro de una relación afectiva, en la cual, la otra persona es considerada como la fuente de satisfacción de necesidades emocionales .
La dependencia conlleva una fuerte la ansiedad ante la idea de separación y la búsqueda constante de expresiones y demostraciones de afecto por parte de la pareja, además de una gran sensación de inferioridad .
Este tipo de personas pierden su identidad y asumen posiciones de subordinación, con el fin de mantener el afecto y aprobación de su pareja , presentado las siguientes características según Castelló :
- Baja autoestima.
- Temor a la soledad.
- Comportamientos vinculatorios excesivos.
- Idealización de la pareja.
- Fuerte sumisión en las relaciones de pareja (no necesariamente en otros tipos de relaciones).
Por si no fuera poco el sufrimiento crónico que acompaña la vida de la persona dependiente, es frecuente la aparición de episodios de depresión mayor ante una separación o divorcio, y cuando la relación de pareja va mal, siendo los hombres más fuertemente afectados que las mujeres por los episodios depresivos.
La probabilidad de aparición de un trastorno depresivo mayor se ha establecido entre 10 y 25 veces más alta que en la población no dependiente y también se ha asociado con mayor número de suicidios, además las relaciones interdependientes están asociadas a altos niveles de respuestas agresivas por parte de la pareja de la persona dependiente .
Tanto malestar ocasiona que, para algunos autores, la mitad de la consulta psicológica se debe a problemas ocasionados o relacionados con dependencia patológica interpersonal, principalmente con la pareja.
En España se declara dependiente emocional el 49.3% de las personas entrevistadas y en su versión más severa el 8.6%4, siendo más frecuente en mujeres . El cuadro presenta una incidencia en personas jóvenes de 16 a 31 años del 24.6%, donde el 74.8% son mujeres y el 25.2% hombres. Con estas cifras bien pudiera pensarse que constituye casi una epidemia.